¿Mis últimos Opens?

Leroy Kemp, más conocido como Lee Kemp fue uno de los más exitosos wrestlers de la historia de Estados Unidos. Ganó la copa del mundo en 1978, 1979 i 1982 y consiguió un bronce en la edición de 1980. Lee, con tres títulos mundiales y 7 campeonatos nacionales era el favorito para llevarse la medalla de oro en las Olimpiadas de 1980 de Moscú. Con 24 años, estaba en el pico de forma de su carrera, venía de ganar dos Mundiales y contaba con el apoyo de todo el equipo americano de wrestling. Llevaba años focalizado en la fecha, preparándose para esta cita con la historia. Su momento con la historia. Pero nunca pudo ser. A solo 6 meses de la gran fecha el Presidente de los Estados Unidos Jimmy Carter amenazó con retirar el pasaporte a cualquier atleta que asistiese al evento, dejando claro así su boicot a las Olimpiadas de 1980. Este boicot, que se repetiría cuatro años más tarde en los Juegos de Los Angeles por parte de los soviéticos, frustró las esperanzas de muchos deportistas de conseguir el mayor de los éxitos al que puede aspirar un atleta de una disciplina olímpica. De la noche a la mañana, todo se fue. Adiós.

Lee Kemp siguió ganando Mundiales i Nacionales pero muy lejos quedaban ya las próximas Olimpiadas, que con casi 29 años, se antojaban difíciles.  ¿Qué sentido tenía la vida de este luchador de por aquel entonces 24 años? ¿Valía la pena seguir intentándolo? ¿Debía seguir entrenando? Éstas, son preguntas que verán respuesta en el debido momento, pero no en este artículo.

Para muchos, esta pasada semana finalizó la temporada oficial de Crossfit HQ con el 17.5, nuestras Olimpiadas y aunque durante el año se van sucediendo otras pequeñas y no tan pequeñas competiciones individuales y por equipos (nuestros Mundiales y Nacionales) la parte relativa a la marca madre que da paso a los Regionals que a su vez dan paso a los Games ya se terminó. Para la inmensa mayoría de nosotros sin más aspiraciones que hacer unos buenos Opens las citas oficiales se posponen hasta el 18.1. O tal vez no. Acabamos el año top 200, top 500 o top 20.000 pero lo acabamos. Competimos des del 17.1 hasta el 17.5 sin fallar a ninguna cita. Completamos todos los entrenos. Puntuamos en todos, en algunos más y en otros menos, pero puntuamos. Todo fue como debería, sin incidencias, sin lesiones y con mucho Crossfit. Pero, ¿qué seguridad tenemos de que el año que viene será así? Es más, ¿qué seguridad tenemos de que el año que viene podremos competir? Y aún si me apuran ¿qué seguridad tenemos de que estos no han sido nuestros últimos Opens?

Si Lee Kemp tenía dudas de algo era de qué color seria su medalla, aunque seguramente tenía bastante claro que iba a ser dorada. Nunca hubiera esperado un desenlace como el ocurrido. Cuando todo parecía evocado al mejor de los finales se va al garete por cuestiones sobre las que no tienes ningún poder de decisión.  Y esa es la verdad. Muchas veces ocurren cosas. A veces buenas y a veces malas. Y no puedes hacer nada al respecto. Si ya lo dijó Will Smith: “sin comerlo ni beberlo acabé siendo un chuleta de un barrio llamado Bel Air”.

Mi preocupación llegados a este punto debería distar mucho de en qué puesto dicta el leaderboard que tengo mi fitness ahora mismo. Y así debería ser para todos.  Lo que más nos debería concernir ahora es ¿he disfrutado de estos Opens como si fuesen los últimos? ¿He atacado cada WOD con todo lo que tenía en ese momento? ¿He disfrutado de mis compañeros de fatigas, reído con ellos y sufrido con ellos? ¿De toda la comida basura ingerida la semana posterior?  ¿De todas la cenas de celebración? ¿De sendas borracheras?
Nadie está hablando de apocalipsis zombies, ni de meteoritos. A veces una maternidad o paternidad, una lesión, un viaje, un cambio de trabajo o de piso, te alejan durante un año de la posibilidad de competir en una cita. Y esa distancia se acrecienta durante el siguiente año y cuando lo intentas no llegas a la próxima competición lo suficientemente preparado. Y ya llevas dos años parado y ves que todo el mundo te cogió (dos años de) ventaja y empiezas a justificarte “no soy lo suficientemente bueno”, “la genética”, “esto del Crossfit es muy duro”. Y cuando te quieres dar cuenta llevas 5 años sin practicar nada de deporte que no sea, con suerte, salir en bici los domingos por la mañana y te das cuenta que los Opens del 2017 fueron tus últimos Opens. Y (te das cueta) que no los disfrutaste como deberías.